i En Latinoamérica, como lo han señalado ya algunos autores (Castillo, 2020; Ramírez, 2013; Ramírez & López, ٢٠١٥), ha habido una amplia producción sobre el territorio y los procesos territoriales contemporáneos. Es el caso de países como México (Castillo & Pérez, ٢٠١٩; Pradilla, 2011; Rodríguez, 2010, 2015), Chile (Olguín & Cubillos, 2015), Colombia (Lozano & Ferro, 2009) y Uruguay (Oyhantçabal, 2013). No obstante, si bien Brasil es parte del continente, dado la profusa producción de estudios e investigaciones, y sobre todo las diversas propuestas teóricas de varios de sus geógrafos en torno al concepto de territorio, debe ser tratado como un caso en sí mismo.

ii Hay por lo menos otros tres geógrafos brasileños que, desde diferentes posturas sobre el carácter político de esta categoría, también son un referente en términos de propuestas teórico metodológicas contemporáneas sobre el concepto de territorio, Haesbaert, Porto Gonçalves y Lopes de Souza. Por un lado, Haesbaert (2013, 2016), desde sus planteamientos de la “desterritorialización” y la(s) “multiterritorialidad(es)”, ha dado cuenta de los procesos de deterioro y disputa/tensión en las dinámicas de construcción histórica de los territorios, y por parte de los diversos actores e instituciones que están involucrados. No menos destacado y elaborado es el planteamiento de territorio de Lopes de Souza (1995, 2009), para quien el territorio, antes que un espacio en sí mismo, es mejor comprenderlo como una suerte de campo de fuerza, restringido y definido por un variado espectro de relaciones de poder. El espacio como dispositivo/instrumento material del ejercicio y manifestación material del poder (Lopes de Souza, 2009), dónde la pregunta central sería, más que la génesis y el desarrollo de cierto territorio, quiénes (qué actores y grupos sociales) son los que dominan y cómo dominan y ejercen influencia sobre un espacio determinado (Lopes de Souza, 1995). Por su parte, Porto Gonçalves, desde una amplia lectura de diversos autores latinoamercianos sobre las dinámicas de la decolonialidad contemporánea, tiene una serie de sugerentes reflexiones sobre abordajes de los territorios desde una crítica a colonialidad (del saber y el poder), y en el marco de epistemologías de los pueblos indígenas y los movimientos sociales campesinos (Porto Gonçalves, 2009a, 2009b, 2015a).

iii Finalmente, desde la geografía cultural (de corte latinoamericano) el territorio también se entendió como procesos de apropiación cultural, en términos de los vínculos con un sitio determinado de adscripción y pertenencia, y como un símbolo de dinámicas identitarios, enmarcadas en la condición de historicidad (Giménez, 2005).

iv Fernandes estudió la licenciatura (1990), maestría (1994) y doctorado (1999) en Geografía en la Universidad de Sao Paulo, Brasil. Además, ha sido colaborador del Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST) desde 1984 y también del Instituto Nacional de Colonização e Reforma Agraria (INCRA) desde 1998.

v Siguiendo a Lefebvre y Santos, Fernandes concibe el espacio como la materialización de la existencia humana (Fernandes, 2012a), y como un conjunto de sistema de objetos y sistemas de acciones (Santos, 1996).

vi Es importante apuntar que, para la formulación de este rasgo de diversas escalas y multiescalaridad del territorio, para Fernandes fueron relevantes las ideas sobre espacialidad diferencial de Yves Lacoste. Esto le permitió apuntalar la idea de que, dependiente de la especificidad y génesis del territorio abordado, este puede estar organizados en diferentes escalas geográficas, desde la escala local, hasta la internacional.